La rueda de futuros: identificando las consecuencias del cambio

Todo líder empresarial ha tenido que evaluar en alguna ocasión el impacto de un cambio, decisión o evento. Enfrentarse a esta situación puede ser abrumador cuando no se tienen las herramientas adecuadas para identificar todas las consecuencias posibles, y más aún en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo como el que vivimos hoy en día (leer más sobre el entorno VUCA)

Hasta ahora hemos hablado de las señales del cambio y hemos aportado metodologías que ayudan a vislumbrar aquello que puede causar los futuros posibles (leer en otros artículos del blog sobre este tema: aquí y aquí).

El post de hoy, en cambio, se centra no en evaluar las CAUSAS del cambio o de un posible evento futuro, sino sus CONSECUENCIAS. Ese es el principal objetivo de la Rueda de Futuros: una herramienta que se lleva usando desde hace tiempo para evaluar las posibles implicaciones futuras de un evento o un cambio concreto. Así, es de gran ayuda la toma de decisiones complejas, en la gestión del riesgo, la elaboración de planes estratégicos y, lo que más nos interesa aquí, en la creación de posibles escenarios futuros ante un evento concreto.

De hecho, su creador Jerome Glenn la diseñó pensando precisamente en este último caso: el estudio de futuros y la elaboración de estrategias a largo plazo.

Qué es la rueda de futuros

Se trata de un método estructurado de brainstorming, que ayuda a ordenar y mapear en una representación visual las posibles implicaciones de un hecho concreto. Este hecho puede ser un cambio previsto, un evento futuro (que todavía no ha sucedido), o una tendencia que ya estamos viendo en el mercado. El modelo resultante es una proyección del futuro, lo que significa que no es algo real (de momento), sino solamente una representación probable de lo que podría pasar. Básicamente, responde a la pregunta “¿Qué podría pasar si…?”

Es un método subjetivo y cualitativo, y tiene muy poca complejidad, por lo que se puede utilizar sin experiencia previa ni una formación específica. Sin embargo, esta herramienta basa su éxito en la experiencia y el conocimiento de quienes lo ponen en práctica, por lo que sí que requiere un entendimiento en profundidad del evento que está siendo analizado. Sólo así nos aseguramos de que la representación de consecuencias futuras sea lo más precisa posible1.

Muchas veces, al tratar de pensar en las posibles consecuencias de un hecho, nos bloqueamos y no somos capaces de pensar más allá de las 3 o 4 consecuencias más obvias e inmediatas a las que cualquiera podría llegar (también nuestros competidores). En esas ocasiones, elaboramos un listado atropellado, y el resultado suele tener varios puntos ciegos que dejamos de contemplar en la estrategia posterior. Este método, en cambio, nos aporta una forma de estructurar el pensamiento para salir de esas ideas más inmediatas, e ir “estirando del hilo” hasta ser capaces de llegar a un mapa visual muy completo de toda la cadena de acontecimientos que un solo hecho podría causar.

La metáfora que mejor puede explicar la idea detrás de la Rueda de Futuros es una gota cayendo en un lago y todas las ondas que se generan. La “fuerza expansiva” que ha creado la gota en la superficie del agua es muy parecida a la que tiene cualquier cambio o evento futuro que queramos evaluar, y en eso se basa esta metodología.

La rueda de futuros se puede utilizar de forma individual o colectiva, aunque como toda técnica de brainstorming, siempre será más fértil cuando haya varias cabezas pensando juntas.

Aplicando la rueda de futuros: proceso paso a paso

La rueda de futuros consta de 4 pasos básicos:

Paso 1: Identificando el cambio

El primer paso consiste en definir aquello sobre lo que queremos analizar las consecuencias. Necesitamos definir cuál será nuestra “gota de agua”. Ésta siempre consistirá en un cambio sobre algo concreto: puede ser una tendencia actual (algo que ya ha empezado y está creciendo en la sociedad o el mercado, i.e.  “uso del coche eléctrico”) o un evento futuro (algo que no ha sucedido pero es posible que ocurra, i.e. “la población entera del país X tendrá acceso a Internet”).

Debemos plantearlos como si fuesen una realidad, por ejemplo:

E – “Los coches autónomos son el principal medio de transporte”.
E – “El principal periódico del país abandona definitivamente su versión impresa y edita sólo en digital”.
E – “Se aprueba una ley que permite grabar todos los espacios públicos sin excepción, en aras de una mayor seguridad”.
E – “Se cae internet a nivel mundial durante 24h”.

Este evento (E) lo escribiremos en un círculo en el centro de nuestro diagrama. A partir de la definición del mismo, empezaremos a esbozar sus posibles consecuencias.

Es importante que este evento a analizar sea definido de forma lo más concreta posible: cuando llegue el momento de pensar en sus posibles consecuencias, queremos evitar respuestas del tipo “depende”. No es válido definir como cambio o evento a analizar algo indefinido como “cambia el marco regulatorio” o “cambia la percepción social de la inmigración”. Hay que concretar más: ¿de qué manera cambian?

Paso 2: Identificando las consecuencias directas del cambio

El segundo paso consiste en ir añadiendo, una a una y en lluvia de ideas, las consecuencias e impactos primarios que creamos que dicho evento puede causar, tanto positivas como negativas.

Para estimular el proceso, puede resultar de ayuda hacerse estas preguntas para cada una de las áreas del marco STEEP (identificando posibles impactos a nivel Social, Tecnológico, Económico, Ecológico y Político).

Cada consecuencia directa (D) la iremos escribiendo en su respectivo círculo, vinculándola al evento central con una línea conectora.

Siguiendo con uno de los ejemplos anteriores, se trata de preguntarnos:

E – ¿Qué pasaría si…los coches autónomos fueran el principal medio de transporte?

D – Muchas personas escogerían vivir más lejos de la ciudad, ya que podrían aprovechar el tiempo de desplazamiento a la oficina trabajando en el coche.
D – Se reducirían los accidentes causados por mala praxis humana (exceso de velocidad, no respetar normas de tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol…)
D – Una serie de profesiones, como chófer, taxista o conductor de autobuses dejarían de existir.
D – Aparecerían nuevas profesiones, i.e. seguridad informática especializada en automoción, para garantizar privacidad de datos de desplazamiento o bloquear posibles hackers que quisiesen hacerse con los mandos del coche.

Paso 3: Identificando las consecuencias indirectas del cambio

De nuevo repetiremos el mismo proceso, pero esta vez evaluando las consecuencias de segundo orden que se deriven de las primeras. ¿Qué impactos provocan las consecuencias que identificamos en el paso anterior?

Cada una de las consecuencias indirectas (I) a las que lleguemos, las iremos escribiendo y conectando en nuestra Rueda de Futuros, en círculos concéntricos cada vez más grandes.

 

 

Por ejemplo:

E. ¿Qué pasaría si… los coches autónomos fueran el principal medio de transporte?

D. Muchas personas escogerían vivir más lejos de la ciudad, ya que podrían aprovechar el tiempo de desplazamiento a la oficina trabajando en el coche.

I – Se volverían a repoblar zonas rurales.
I – Los coches incluirían funcionalidades relativas al mundo de la oficina (ordenador a bordo, mesa de trabajo, posibilidad de realizar video-conferencias on-the-go…).
I – Se introducirían cambios en los horarios habituales de oficina.
I – Se generarían nuevos flujos de desplazamiento diario.
I – Se generarían nuevas dinámicas en el precio de la vivienda urbana vs. no-urbana.
I – Aumentaría la demanda de servicios (médicos, de ocio, culturales, etc) en zonas rurales.

Este paso se puede repetir tantas veces como queramos, en función de cuantas “ondas de impacto” queramos evaluar del evento o tendencia escogidos.

Paso 4: Identificando un plan de acción

Cuando tengamos identificadas las consecuencias directas e indirectas del cambio, tendremos un mapa bastante completo del impacto que el evento o tendencia analizado podría causar. A partir de ahí, podemos elaborar un plan de acción que nos ayude por un lado a estar preparados de cara a las consecuencias o impactos negativos, y por otro a aprovechar las oportunidades que presenten las consecuencias o impactos positivos (leer más sobre proactividad y preactividad).

Visualizando la rueda de futuros: el diseño

Como la mayoría de las técnicas visuales, el resultado final muy posiblemente no se parezca a los diagramas de ejemplo, sino que será asimétrico y desigual. Una representación visual típica de una rueda de futuros terminada podría parecerse a la siguiente:

 

Fuente de la imagen: Jerome Glenn, 1972.

 

Es de gran ayuda establecer códigos de colores a medida que se va elaborando la rueda de futuros, aunque existen diferentes formas de establecerlos:

  • Colores diferentes para las consecuencias de primer orden y de segundo orden.
  • Colores diferentes para las consecuencias positivas y las consecuencias negativas.
  • Colores diferentes según la categoría que asignemos a las consecuencias, por ejemplo, si decidimos clasificarlas siguiendo el acrónimo STEEP (Sociales, Tecnológicas, Económicas, Ecológicas y Políticas).

Otra manera de representar una rueda de futuros es la siguiente:

Fuente: Catherine Collier.

Algunos autores han sugerido la opción de establecer áreas de la rueda para cada una de las siglas STEEP2:

 

Fuente imagen: Adaptado de Behboudi, M. 2019.

 

Personalmente, prefiero la estructura inicial en modo “mapa mental” que las ruedas con un número determinado (y finito) de “espacios” en los que anotar consecuencias, ya que éstas últimas pueden constreñir demasiado el flujo de ideas.

Qué nos aporta la Rueda de Futuros:

La Rueda de Futuros nos ayuda a:

  • Planificar y diseñar siendo conscientes de los futuros posibles, ya que nos prepara no sólo para el escenario más lógico o más lineal, sino también para el mejor y peor escenarios posibles.
  • Tomar decisiones de forma más ágil: La imagen que tenemos del futuro influye enormemente, de forma consciente o inconsciente, en la forma en la que tomamos decisiones. La Rueda de Futuros permite explicitar esta idea de futuro y por lo tanto facilitar una conversación más fluida donde hay más de un actor clave en la toma de decisiones.
  • Promover el pensamiento crítico: la Rueda de Futuros estimula el pensamiento más allá de los resultados más inmediatos de un evento: fuerza a mirar a largo plazo y a considerar todos los posibles impactos de un evento, tanto positivos como negativos.
  • Identificar riesgos y oportunidades: ayuda a generar ideas, soluciones, servicios y productos que amplifican las oportunidades futuras y mitigan los posibles riesgos.
  • Promover el pensamiento sistémico: al considerar implicaciones múltiples, ayuda a pensar en la inter-relación que puede haber entre ellas, ofreciendo una visión global de un sistema causa-efecto complejo.2

Al ser una herramienta fácil e intuitiva de utilizar, puedes empezar a aplicarla mañana mismo. ¿Tienes que tomar una decisión compleja y no sabes cuáles pueden ser las consecuencias de la misma? ¿te gustaría explorar los impactos a largo plazo de un cambio que estás valorando acometer? ¿Necesitas explorar las posibles consecuencias futuras de un determinado evento?

¡La Rueda de Futuros puede ser de gran ayuda!

 

Fuentes:

  • 1. Research Paper: Anticipating Requirements Changes – Using Futurology in Requirements Elicitation. By Pimentel, Santos, Castro, and Franch. Universidade Federal de Pernambuco, Brazil.
  • 2. Behboudi, Majid for Medium. “Futures Wheel. Practical Frameworks for Ethical Design”. May 2019.
  • MindTools. “The Futures Wheel. Identifying consequences of a change”. By Emerald Works.
  • Glenn, Jerome C., «Futurizing Teaching vs Futures Course,» Social Science Record, Syracuse University, Volume IX, No. 3 Spring 1972
  • Mulder, P. (2019). Futures Wheel by Jerome Glenn.
  • Collier, Catherine (2017) But What Do I DO?: Strategies From A to W for Multi-Tier Systems of Support. Ed. Corwin.
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